El procedimiento se llama: autoexamen de mama y debe realizarse una vez por mes.

El mejor momento es después de la menstruación. Solamente necesitarás cinco minutos para explorar tus mamas.
Ante el espejo, con los brazos extendidos a lo largo del cuerpo, examina atentamente las mamas y comprueba que:
– Son simétricas, de igual tamaño y relieve.
– No presentan retracciones.
– Su piel es lisa y sin asperezas o rugosidades.
– Los pezones no están retraídos ni eliminan líquidos anormales.

A continuación, levante los brazos y compruebe que las mamas tienen un contorno circular y regular sin deformaciones localizadas.






Para proceder a la palpación, imagínate que tu mama está dividida en cuatro partes o cuadrantes.
Tumbada sobre la cama, palpa lentamente cada uno de los cuadrantes de la mama con la mano plana, la mama izquierda con la mano derecha y viceversa, haciendo presión sobre la parrilla costal y realizando pequeños movimientos circulares.

A continuación, explora detenidamente el hueco axilar en busca de ganglios. No son excepcionales. Lo importante es si son de aparición reciente o se han modificado.
Por último, presiona el pezón entre el pulgar y el índice. Si aparece líquido, fíjese en el color.
Ante cualquier anomalía, consulte con su médico o médica.

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