Para el diagnóstico de las diferentes infecciones de transmisión sexual: Clamidia, gonorrea, sífilis, verrugas genitales, herpes genital, tricomonas, VIH etc, no hay una única prueba para todas ellas, se precisan pruebas específicas para cada infección y tratamiento propio.
La elección de la prueba diagnóstica idónea puede resultar difícil por el gran número de ITS y la diversidad de pruebas posibles para cada una de ellas, además muchas de estas infecciones comparten síntomas.
En líneas generales, se recomienda consultar: si has estado expuesto a relaciones sexuales de riesgo o si presentas síntomas como secreción vaginal o uretral, úlceras o verrugas genitales, lesiones o erupciones cutáneas, dolor o molestia en las relaciones sexuales, escozor, picor en vulva, ano o vagina, dolor pélvico, dolor a la micción, cuadros febriles acompañados de cansancio y debilidad general…
En nuestra consulta ante una sospecha de infección de transmisión sexual, se realiza:
- Historia clínica completa.
Hábitos y prácticas sexuales, métodos de protección utilizados, antecedentes de ITS previas, última relación sexual de riesgo, vacunación frente al virus de hepatitis B y C etc y manifestaciones clínicas de la infección o enfermedad.
- Exploración física completa. Evaluación de toda la superficie cutáneo-mucosa con énfasis en órganos sexuales.
Una vez realizada la historia clínica y teniendo en cuenta el periodo ventana de cada tipo de infección, te indicaremos qué prueba o pruebas de detección de ITS son más convenientes realizar:
- Pruebas serológicas. Análisis de sangre para la detección de anticuerpos frente a los patógenos de la ITS.
- Diagnóstico molecular (PCR). Análisis de muestras biológicas procedentes de genitales (uretra, vagina, cérvix…) orofaringeas y anales para identificar los microorganismos patógenos causantes de estas infecciones.
Si las pruebas muestran una o varias ITS , se prescribe el tratamiento adecuado lo antes posible y se indica la necesidad de informar a la pareja o parejas sexuales de los últimos tres meses para que puedan hacerse las pruebas correspondientes.
Un resultado negativo, en la mayoría de los casos, significa que no se tiene la infección o que se trata de un falso negativo cuando se ha realizado la prueba inmediatamente después del contacto de riesgo y no ha pasado el tiempo necesario para detectar el agente infeccioso (periodo ventana).
Dra. M. Carolina Sorrentino Ramirez
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